viernes, 8 de agosto de 2008

Ya lo dijiste todo...


Ya lo dijiste todo...Soltaste cada palabra del modo menos esperado por este receptor, hoy la tremenda agonía tendrá que transformarse en hielo; no hubo palabras profundas, no hubo poesía ni vulgaridad ¿que puedo decir al respecto? no hubo más que una sincera despedida de alma a alma, de corazón a corazón, no tuve ganas de luchar y disfrazar de vos mi timidez, como explicarte la majadería que rondaba en mi y se apoderaba de mis pensamientos, la trifulca entre adoración y encono; y te expresaste, del modo más firme, obligándome a acatar la rotunda decisión de desterrar tu corazón del septentrión hacia un lugar donde no podría estar yo, y, otra vez, mi corazón tendrá que supurar lo que quedó del rose de nuestras pieles, hoy frío por cierto; pero yo no lo busqué, y conocí la, algunas veces, aflicción de encontrar algo cuando uno no busca, salud! brindo por eso! ¿Tendré que mentir y decir que soy feliz por volver a destapar la botella de la soledad que tenía reservada para el chin chin del día final? todo vale, espero no verte brindando con ella en la barra del bar sin que sea tu decisión, porque conocerás el secreto de vivir como vivo y mi destino es mío y en lo que a mí respecta no habré de legártelo... Pero puedo entenderte, son culturas distintas y no es extraño que una vez más no estamos en la misma sintonía, ni siquiera en el mismo tono, vos cantás en MI, yo siempre, aunque no muy a gusto, canté en SI, pero sin exagerar, cuando me levante de este DO bemol, cantaré a la felicidad en RE, por haberme encontrado tocando la melodía que yo compuse, con la letra que me dicte el corazón... y ya sin la obligación de endulzar tus oídos. Vos vas a navegar y navegar hasta al fin poder anclar en aguas dulces de algún puerto austral, donde una vez más dirás adiós a la memoria de alguien más que sólo quiera tu felicidad. Yo, rogaré a Dios no romper las cuerdas de mi amiga de madera que en esta cita me invitó a cantar. Hasta pronto.