Y un día Juanjo despertó con las mismas ganas de morirse que hace diez años atrás. Y todo aquello que te dio nacimiento es lo que hoy te esta matando y despierta a aquel que nunca murió, aunque tu necesidad de apagar tanto dolor así lo haya deseado. No voy a cometer el mismo error y crear un tercer "yo" para acusar a quienes hoy disputan un cuerpo que no es de ninguno. ¿Que se siente reconocer que te fuiste del mundo para vaciarte y limpiarte y al volver no tardaste en embarrarte más de lo que estabas ...y en menos tiempo? Frustración ¿verdad? Deleita estos crueles oídos admitiendo que estas muriendo... el cambio de identidad, la construcción de esa gran mentira que fue dar a luz un ser mas fuerte, mas insensible, más inhumano... necesitaste cambiar de nombre y hoy estas disputando, sacando promedio, reviviendo a medias y matándote a la par para definir "que sos" al final, despertando eso que con un arrorró dormiste con todo el miedo que te acarrea encontrarte cara a cara frente al espejo con el reproche por los años que te privaste de vivir siendo el propio usurpador de ese trozo de vida ¿Donde quedó la esencia de aquel hombre que prometió jamas dañar a quien te ame? Diez años después haría bien en preguntarme que se siente volver a foja cero y recordar lo que viviste siendo vos sin ser vos. Y no habrá un tercero, aunque al fin éste sea justo y ya tenga en mente su seudónimo, pues no hay espacio para tres donde ya no caben dos. Y hoy no sabemos si matarnos o vivir las próximas décadas con espontaneidad reconociendo que un día compartimos el cuerpo con alguien más. Y eso que fui lo menos transparente que pude. Cuando me ubique en un sitio y recupere la palabra "yo" para referirme a mi mismo ¿Cual de los dos seré? Si alguna vez preguntaba cuantas maneras hay de morir, hoy la pregunta que se hace presente es: ¿Cuantas maneras existen de estar muerto?
Joan Evol.-
07/11/2013.