Este grupo de palabras que ya existen, no son mías, forman frases que rondan sin descanso mi cabeza y se van y reaparecen para seguir rondando, todo el tiempo, cada día a toda hora todos los días a toda hora... más de lo necesario, tortuosamente normal, hasta que al fin las estampo en prosa, poema o canción para así desvanecerse y liberar sin mas mi mente como si nada hubiese ocurrido. Hermosas palabras de un asesino de asesinos, no recojas mis sesos cuando mi cabeza explote. Ingerir, digerir, desechar... vas por la vida consumiendo de este mundo lo que el medio te ofrece... mente y alma procesando... y con la pluma escupiendo sobre papel las heces que presionan y apestan menos o mas según tu predisposición para recibir y la capacidad de alojar en el interior mayor o menor tiempo... y de tu interpretación. No soy sabio, sos vos el que no sabe que no se. Hay una frase que pide a gritos por ser poema y es tan insignificante como yo que por natura o profesión voy buscando el pelo al huevo y en cada regla una excepción... por el miedo a no ser nunca testigo de la verdad. Porque tu historia es mi historia con apenas diferencias en el cambio de interpretación. No es gloria una victoria y vencer es solo el comienzo de la lucha por permanecer. Y es uno mismo el enemigo que no venciste y no se rindió, solo retrocedió sus huestes para tomar carrera y reorganizar su ataque. Si diez años después no aprendiste a cuidarte las espaldas tendrás que volver a renacer y renacer y renacer. Sin nada que pueda yo hacer.
Joan Evol.-
28/05/2013