Una
vez más ¡Que ingenuo! Cuando todo parece inmaculado, puro, pleno y
adecuado, es ahí donde entrás en escena, desorbitando en dos
piruetas toda la absurda creación de mi fe... como quien crea
hologramas, pues en tu obra veo cosas que no puedo tocar, percibo
cosas que realmente allí no están, pero ante los ojos ingenuos
parecieran existir. ¿Hasta cuándo jugaremos al columpio de las
ilusiones? ¿Hasta estar mareados y cansados de empujarlas hacia el
frente para que solas se retracten? Se hace tarde y me marea el
crujir de las cadenas que detracta tu propuesta. Es que ya debería
estar acostumbrado, pero a la vez resulta extraño ¿Por qué, si es
tan sólo otro escenario, luces, guión -de otro guionista quizás- y
la misma melodía, si al caer el telón somos los mismos y al
entregar el corazón ya no fingimos, ya no hay luces ni hologramas ni
escenografía montada, no hacen falta efectos especiales para hablar
de sentimientos y cuanto menos un guión? Pero es cierto, solo somos
artistas y, tras caer el telón, mientras vos firmás autógrafos y
das notas a la prensa, yo espero en el camerino (quitándome el
maquillaje) tu regreso para hablar de los defectos del montaje y
regocijar nuestro ego en los aplausos.
¡Oh sixpennynail! Una vez más me
tocó seguir en ritmo de tu baile, me tocó cantar en vivo tu poesía
y ceder ante tu cruel filosofía empeñada en demostrar que son en
vano todos y cada uno de mis ideales. Y otra vez, ya sin luz,
cantaste para mí esa canción de cuna que me durmió plácidamente
para, una vez dormido, de un chiflido despertarme. Mas me propuse
firmemente y he de lograrlo: "EN EL PRÓXIMO ACTO ADÁN SE
REBELA" y no volveré a morderla, no en la próxima escena, sólo
para innovar y verme grande ante un público sorprendido por los
cambios introducidos en la obra... e imaginar ¿qué habría sido de
nosotros si no me cortaras las alas? el espectáculo sería trabajar
en conjunto, y de lo que sólo ambos sabemos, porque siempre hay algo
más, y aquí hay algo que no conozco, y como no conozco el amor
supongo que debe haberlo, sí, hay amor, por eso no lo veo, eso
depende de vos, de tu ficción, tus hologramas, tus efectos
especiales, y si querés también tu guión, te lo cedo, es tu parte
en esta obra pasajera que, si bien no es la primera, no será,
también, la última.
Y fue así que, con la renuncia en la
cabeza, se levantó el telón y vi caras, solo caras que esperaban la
actuación... Sin anunciar mi retiro, entoné la cancioneta, y fui
tan parte de la fiesta como el público y como vos. Se apagan las
luces, desciende el telón... corro al camerino a coger mis maletas,
pues esta misma noche viajo hacia el sueño de la realidad, donde ya
no somos nada, es más, somos menos que eso: un capricho mío y un
estímulo tuyo para probar tu grandeza. Que grato fue soñarte... mas
nunca debí idealizarte... aunque siempre tenemos algo que aprender
de alguien, y es por algo. Hagamos las paces.