Maldita vida loca que tarde o temprano te encargás de hacernos devolver con ingratitud lo que debimos
retribuir con amor ...lecciones que nunca debí aprender. Se acaba un western que al final no miré, mientras, y sin que te des cuenta, contemplo la armonía de tus párpados pegados y los nobles trazos que dibujan tu rostro las pocas veces que sin distorsionarte puedo ver a través de las lágrimas que inundan mis ojos y nublan mi vista hasta derramarse entre sollozos, sollozos de culpa... culpa por mis errores -errores que yo no perdonaría- ¡Cuanto daño te causé!
Clandestinos llanto y suspiro, camuflados de silencio, calientan y humedecen la almohada pues pretenden no despertarte mientras me tiño de mar en mi propia nada, sin más consuelo que aquel ósculo que me regaló tu aliento mientras el último trozo de vigilia te entregaba al sueño.
Joan Evol.-
13/01/2014.