Vamos mi-mismo,
toma mi mano
y salta al abismo.
Te invito a recorrer la travesía
de un viejo calavera en decadencia...
en el bolsillo traigo la poesía
que sollozando clama por clemencia
y en este mar de sal e hipocresía
no es otra cosa que la humilde cortesía
de hallarme enceguecido en la congoja que te aqueja.
¿Tan barata resultó la melodía
que hasta el día tan incierto del deceso
acopiará tu cabal melancolía
junto al polvo removido de mis huesos
extraviado entre los surcos de tus sesos?
-jubilando nuestra sed de aquellos besos-.
Y el juicio final no es tal,
algo creímos entender
¿Qué?, ¿Cual...?
desertando un nuevo día
sin timar, tomar partida,
prejuzgar, ni condenar.
Saltá conmigo, te invito a soltar.
Joan Evol.-
29/12/2014.