martes, 12 de febrero de 2013

¿POR QUÉ ESCRIBO?


E
sta es una de esas ocasiones en las que me encuentro frente al papel y me pregunto: ¿por qué hacerlo? -luego de leer y releer lo que otrora escribí y pensar en como estoy hoy y que escribiría en este momento- y tomé la decisión de torturar en tinta el papel expresando estos pensamientos pues me ocurre con frecuencia, tanto en cartas como en poesías y canciones... bien, hoy es uno de esos días, y se que en cualquier momento ha de cortarse, con alguna distracción, el hilo de esto que estoy pensando y voy a terminar plasmando en papel cualquier sandez menos algo que se aproxime a una reflexión acerca de la cuestión que pretendo aquí exponer. Y es que no tiene sentido puesto que muchas veces puedo plantearme lo mismo -pues lo hice varias veces y en distintas ocasiones- y el sentido de la respuesta podrá variar -como ya ocurrió- de acuerdo a las circunstancias, pero a decir verdad, no se porque lo hago. Una respuesta que me deje conforme podría ser "porque así me desahogo" y puedo prolongar diciendo “que tal como hice de mis lágrimas canciones, también, podré de este modo legar a alguien más mis experiencias, por más pueriles, subjetivas, insignificantes y profanas que estas sean”. Y así como he aceptado que es solo para “dejarme conforme” bastará para que ya no me contente con ello. Y es así que me veo “conversando conmigo mismo en silenciosa soledad” como dice la mía mama*, sobre una inquietud que para mi es importante y que quizás para algún sabio superado podría resultar una tontería, y otra vez me excusaré en que estoy aprendiendo. Como he dicho renglones arriba “me fui por las ramas” y dije también que no iba a poder retomar el hilo de todo esto, entonces quizás continúe justificándome, como todo ser orgulloso, diciendo que esta puede ser una página más de mi paso por aquí, tan vacía como una vida sin historia o tan monótona como la rutina de mis pesares. Sin embargo escribo… escribo y escribo... desde la más caté y disfrazada metáfora hasta la más vulgar chabacanería. ¡Oh! quizás nunca sepa porque lo hago, con que objeto o que me induce a tomar la pluma, ¡ojo eh! que no considero que algo de esto sea arte, es más, a muchas cosas de las que escribo no las puedo definir pues, en mi ignorancia de géneros y especies, no se bien en donde encuadran, y por no menospreciar lo que estoy sintiendo en esos momentos y hoy plasmo en papel, prefiero llamarlas "cartas", aunque muchas de ellas no tengan destinatarios, y haya veces que no me importe mantener el estilo si asume o no la forma de prosa o poema, si comienza poético y termina vulgar, si asume la forma de una carta y en algunas partes la hago rimar, y unas cuantas otras cosas como no mantenerme dentro de un género -por no saber ¿o hacerme el que no se tal vez?- u omitir y dar por sabidas muchas cosas, cosas que celosamente las guardo en la perecedera fragilidad de la mente, pues un día las he de olvidar, sin dudas. Escribo con infinitas redundancias y, aunque me haga pasible de burlas cuando pido opiniones, es lo que tengo y me hace sentir libre. Escribo lo que quiero y como quiero, sin más represiones que las que yo pueda crearme y muchas cosas las entiendo sólo yo; pero aun así continúo sin saber porque lo hago… y creo que seguiré así por mucho tiempo, hasta que un día quizás me conforme con la primer respuesta y mil subterfugios o finalmente, quien te dice, la encuentre o, en fin, termine abandonando la pluma por no encontrarle sentido. No descarto ninguna de las posibilidades. Algún día lo sabré... supongo.

P/D: ¡Ah! a veces con fecha como hoy -16 noviembre del 2004- y otras no, algunas veces por omisión inintencional y otras a propósito.
* Escribo porque alguien dijo que escribir es conversar consigo mismo, conversar en silenciosa soledad. -María de Lourdes Badaracco-

No hay comentarios: