Yo no tengo nada que ofrecerte,
nada más que mi tiempo,
mi atención,
mis esperanzas,
mi amor,
cariño, alma, corazón,
mi piel, mi vacío, mi pasión,
mi energía, mis palabras, los oídos,
un hombro para llorar, mi corazón,
mi cuerpo para que abordes
cada madrugada
y así llevarte en caricias
a tu Edén y a mi Nirvana;
mis sueños; mis alegrías; mis besos,
poemas; prosas; canciones y versos,
mi sabor, mi único lujo: mi skate,
mi locura hecha soneto alguna vez;
mi yoga, mi karate, mi kung fu, mi mente,
mi vipassana y mi zen, mi esencia, el éter,
mi garganta, mi confianza, mi paciencia, mi inconsciente,
mi inocencia, mis rimas, mi verdad, mi presente,
susurros al oído, compañía,
sonrisas, miradas; comprensión,
mi vida,
mis paradigmas, mis verdades más conscientes,
mis latidos, mi entusiasmo y mis fuentes.
Si me arrancara estas ganas de sentir que te amo, si me arrancara estas ganas de creer que debo estar enamorado... y de vos... y por cuarta vez, si te apagaras un ratito de mis alucinaciones todo sería más simple para mí, lo sabemos.
Vos tan vos
y yo tan yo
que algunas veces,
cuando somos nosotros,
la chispa del choque
se transforma en un fuego
que no nos permite
saber cual es cual...
porque no tenés mezquindades conmigo, tanto que es difícil creer pero existe "esa mujer". Quizás otros puedan brindarte mejores cosas, yo solo tengo para ofrecerte mi tiempo... y lo ut supra mencionado.
//.
Joan Evol.-
02/08/2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario