
y el alivio afloja mi panza,
...no me quejo,
yo pedí este infierno.
Recuerdo que allá...
por el mil novecientos noventa y cuatro...
pedía con fuerzas
comprender esas canciones
que escuchaba en mi cuarto...
solitario.
Y le hice tocar fondo,
lo destruí,
lo llené de dulzura,
lo endurecí para volver a ablandarlo
y lo volví a colocar en su lugar,
entre costillas enjaulado,
de aquí jamás hubiese salido
de no haber deseado tanto
la experiencia de este infierno
que hoy recuerdo, recostado.
Joan.-
09/03/2015.
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