Quizás tanto Manipura
necesitó una gota de invierno,
dos raciones de pimienta
y un coraje desmedido.
Tal vez la luna de cáncer
vuelva océano este cielo
y el sol evapore mis ojos
indicándome el sentido
eterno desvelo
de cuna,
de calma...
de voces sin dueño,
de niño pequeño en un planeta
que subasta sueños.
-¡Objeción!- Denegada.
-¡Protesto, su señoría!
-¡No ha lugar!
... y así hasta que te desgastes
mantantirurirurá...
30/06/2015.
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