Olor
a tierra mojada... sabor a labios mojados... temor a heridas
mojadas... temor a que el diluvio cree heridas mas grandes que las ya
cicatrizadas... alivio al confesar... con las manos abiertas se da...
con las manos vacías se recibe... con los brazos abiertos y las
palmas de las manos apuntando hacia la lluvia se humedece el pecho...
un pecho que supo ser desierto, supo cerrarse y secarse... para que
al amanecer las gotas de la lluvia hicieran crecer los brotes casi
marchitos que bajo la arena se ocultaban. Se que fui, soy y seré una
marioneta en el alba... pero hoy para mi no es ni será solo eso, el
esternón lo dice y el plexo solar lo confirma. Ganas de sumergirme
en el río... ganas de volver a ver la lluvia caer... ganas de
cantar, dibujar, escribir y decir... pero son solo palabras... no
creas en las palabras... siéntelo ahí en donde lo siento... solo
conoce al emisor... solo así será verdad.
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