jueves, 30 de mayo de 2013

Aún te tratan como a un niño


Dicen que dicen que dirán, no por mi insignificancia el obituario me excluirá. Fantasías animadas, pretendientes pretenciosos, renunciando a renunciar, musitar casi cantando, activamente ocioso, advirtiendo al disparar.
Escribir, bonita forma de crear realidades, de encontrar el lugar donde ansío llegar cuando apremian esas ganas tan profundas de escapar.
Cansado de ser el último orejón del tarro, de la mesa levanté mi voluntad. Cansado de no creer que veas mis ojos ocultos tras los lentes espejados a través de los cristales de tus tan oscuras gafas... decaí.
No es indigestión, es angustia... es estar casi cansado de pelearle al universo. ¿Por que debes ser uno la piedra que se gasta y otro el agua que la hace erosionar? ¿Podría acaso ser disímil o eso es dar un paso atrás? ¿Porque centrarse solo en uno si el amor era de a dos? ¿Como apartarse del egoísmo segregacionista y comprender que todo y todos somos uno cuando a veces yo soy dos? ¿Como querer creer lo que creo que no creo si lo que creo decrece cuando más creo creer? 
¿Como emitir sin sentenciar?
¿Como salir a la verdad sin ser despedido de una realidad?
Ojos que no ven potencian otros sentidos, ojos que no quieren ver la mente enturbian, pero en ambos casos el corazón siente, y vendas que lo cegaron, créeme, no lo remiendan.
Furiosa tormenta que aún sumergido en aguas cristalinas impiden ver el suelo que piso y si es firme el pisar de mis cansados pero tensos pies. ¿Como evitar que el temor y el enojo arrebaten la sonrisa? ¿Como comprender al emisor que confiesa que cuanto mas abstracto y metafórico el mensaje tanto mas padece su aflicción?
En mi distante parodia existencial se hace quimera lograr saber sin preguntar si ha sido vago o no soltar por sorpresa saliva y sin libreto montar en esta obra mi impermanente pero actual desvestida realidad. Más que estúpido sería si pienso que al darte a saber que no creo que me creas, por más que así lo sienta, no te lastimaría.
¿Como salirse del frasco sin destrozar el cristal? y eso que me prometí que no volvería a descorchar en soledad. Por dentro estoy lleno, y lo que más deseo es vaciar, superficie en compañía, solitario en lo esencial.
Cubro una vez más mi cabeza con el velo que me veda a la redonda esa profunda verdad permitiéndome contar con lo justo y necesario para poder evitar tropezar al caminar.
No es ganar confianza, es perder respeto la expresión de la mirada que prejuzga mis fantasmas y acusa de fantasía o comedia montada cerrando vuestros oídos cuando quien habla es mi alma.

Joan Evol.-
22/05/2013

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