
estoy disociando. Corrigiéndome a mi mismo como si estuviera corrigiendo a un tercero. Es como que no soy yo si no... bueno, nadie dijo que está mal no ser yo. Quizás no vine a emitir mas de lo necesario. Charlo mucho conmigo mismo y es entretenido. Se acerca el día del silencio, hay que ir preparándolo. Hoy me enseñaste algo valioso, y en su oportuno momento, tan así que noté que estuve preparado para ello, si alguien me lo impartía diez años atrás tal vez me hubiese disgustado... hoy que estoy mas receptivo admito y recibo con gratitud y gozo, gracias de nuevo por descubrir mis ojos. Hoy me hiciste notar la irrefrenable y compulsiva tendencia a justificar cada acción ¿porque todo lo que hago tiene que tener un fundamento, motivo o razón? Ahora también admito de la misma manera una marcada tendencia al análisis, y a utilizar la comparación como parte de él -antes respecto a las demás personas, hasta hace unos días respecto a mi pasado, hoy respecto de lo que hasta hace un rato fui. Mas una cosa dio pie para que vea la otra -como slow motion de un efecto dominó-. No es fácil dar un paso con sabiduría, y menos fácil es cuando me detengo y miro hacia atrás para ver hasta donde me condujeron los pasos de la ignorancia. Todo pasó ante mis ojos y no lo vi por estar imaginando. Hay personas con tendencia a emitir y otras a recibir... se que soy más emisor que receptor y vos escuchás más de lo que emitís pero, cuando estás presente, ceso de serlo pues hablás de un modo visceral tan bonito que el aire al respirar huele distinto. Hay que conocer experimentalmente la ley del karma para omitir y actuar sin resultados, hay que invertir en frenos porque las cosas vuelven, y cuando la rueda más parece acercarse a la detención, un mínimo movimiento se torna en envión que en mayor brevedad de tiempo manifiesta su repercusión. ¿Como detener la rueda? ¿Como alejarme de vos? Me hueles a flor de loto las veces que soy uno con tu respiración.
Joan Evol.-
22/05/2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario