viernes, 16 de mayo de 2014

Misión

Hay algo aquí adentro que me impide ser poeta cuando estás frente a mis ojos en el eternamente breve aquí y ahora. No es tu rostro, ni tu voz, ni tu figura, ni la suavidad de tu piel lo que mis suspiros provoca, es el inconfesable brillo que veo en tus ojos, la seguridad que tu semblante transmite y que me dice que sabés tantas cosas, cosas que yo no sé y que cuando al fin me calle habrás de enseñarme; cosas que sin palabras me hacen saber que cuando más cercano a la verdad me siento más estoy equivocado... Como se nos vuela el tiempo. ¡Admiración! ¡Alegría!, sentimientos que surgen al ver como se acerca aquello que cuando menos quiero desear más lo hago. Y me expongo tal y como soy, imperfecto, sin obligación de ser aquello que no puedo o que no siento, y me burlo de mi mismo para encontrar esa completa humildad que me acabo de dar cuenta que aun no logré desarrollar. Si supieras, bello ser, cuanto y como me ayudás, tendré que reconocer que no soy yo quien llegó a tu vida sino vos quien llegó a la mía con una concreta misión que aun no puedo descifrar... pero es la gran motivación para que ni se me ocurra mirar atrás con el propósito de anhelar. ¿Como insistir en despertarte si te veo tan dulce durmiendo? Inevitable conmoverse mirando el rostro cuyos sueños velo. Y la pregunta incesante que me mantuvo despierto ¿Volverás, un día tal vez, a soñarme un  tercer sueño? Tantas cosas bellas pienso y tantas se que hemos de callar para disfrutar de la contradicción de no perder esto que no tenemos. Mara de mi Samsara pero agua de mi desierto... Sos un ángel sin aureola, pero con alas de acero.
Joan Evol.-
16/05/2014.

No hay comentarios: