Es cierto que yo nunca te busqué, que fuiste vos quien siempre lo hizo... pero también es cierto que nunca te cerré las puertas, ni siquiera aquella vez que apoyaste esa daga en en centro de este pecho dirigiéndola con frialdad y presión hacia la axila izquierda. Es cierto que siempre me buscaste, para curarme, para destazarme, para con tu luz encandilarme. Es cierto que supe y se volverme invisible y fallecer sin que me extrañen -aun guardo en el bolsillo las sutiles anestesias para quienes buscaron y creyeron no hallar respuestas-. También es cierto que te busqué muy sutilmente y como, al parecer, no captaste las señales o luciste los elegantes tacones de la indiferencia -para que ahondar en innecesarios detalles-, me arrodillé frente a ese río que, aunque me lo apropié, no es mío a buscar dentro de todo este lío aquella luz de la que habló ese príncipe que por ella todo lo dejó y sin más volvió sonriendo. Y me encanta el entre-líneas porque sin decir no digo diciendo.
Joan Evol.-
16/07/2014.
P/D.: También es cierto que te amé; en mil clones no te hallé y aun conservás el potencial de despertar la llama que ha hecho que me enamore de vos una y otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario