viernes, 1 de mayo de 2015

Muladara

Seguí encendiendo, 
seguí encendiendo... 
que no se apague tu luz. 
Quiero ver, 
cuando todo sea oscuro, 
esa flor brillante flotar dentro de tu pecho... 
alumbrando el camino de los que nunca están de más. 
Me llevo, 
en un abrazo fraternal, 
la dulzura de no saberme despierto, 
y en un corazón abierto 
-que va pidiendo despertar- 
el hambre de manjares felices 
-de ser posible solo éter- 
y la sed de aquel río 
que arrastra los pesares, 
como lo hará con las cenizas 
de este recipiente que aspira a vaciarse. 
Y es así que soy de donde estoy, 
hasta que deje de estar... 
hasta que deje de ser. 
Y es la "Nostalgia" el demonio 
que enturbia mi mente 
y envenena mi corazón, 
última gran lección comprendida 
de las muchas que la vida imparte... 
y el antídoto "aquí y ahora" 
pude hallar en muladara 
a orillas de swadishtana 
entre algunas hojas secas 
y la alegría de saberme útil. 
Seguí encendiendo esa luz que no quema, 
seguí bailando cual flama de vela... 
seguí cantando esa canción que hoy te suena. 
Oye tu: 
Sigue soñando, 
descansa 
y despierta.
28/04/2015.

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