Y al fin te dediqué una
estando cara a cara,
más en tu ausente presencia
no supiste darte cuenta
que de a ratos deseaba que bajaras
y de a rato también deseaba
que fueras mi guitarra.
En ese instante en el que la oscuridad ilumina
el frío también quema...
y yo miraba en tu ventana de luces apagadas
el reflejo de las luces de la calle
rebotar desde tu espejo,
deseo de entrar.
Mas el cuello se tensa de mirar hacia arriba
y el agotamiento muscular
hace al cuerpo ceder
ante el inexorable curso de la naturaleza...
y el mentón se reconcilia con el pecho,
los hombros caen,
la guitarra cuelga
y de regreso a casa silva
el caballero
esa canción de Guns And Roses.
Descansá en paz
que yo iré al encuentro de nuevas aventuras.
11/06/2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario