Yo no tengo muy en claro que es lo que pensás hacer, de hecho, no tengo idea, y esto de las cuestiones azarosas, a decir verdad, hoy en poco me incomodan... cada vez espero menos, cada vez observo más, cada vez aprendo más... y más comprendo cuando más suelto. Y el amor es libre, viene, se va, hace lo que se le antoja, construye para destruir y destruye para construir... y no tiene un porque, porque sí nomas, porque se le canta, sin culpas y sin lógica... y así se impone y pasa por encima de todo, arbitrario, anticonvencional, no conoce de distancias y barreras, de espacio, tiempo y razón.
Quizás vaya siendo tiempo de sumergirme en el abandono de quien solo observa y dejar de anhelar ese "nosotros" que me aparta de ese "yo" que tanto impide compartir. A veces quisiera no querer lo que quiero, pero tampoco voy a mentirme porque aún está ahí el deseo, el sentimiento, la sensación y no voy a echarlo, disolverlo... intervenir.
Y te espero... porque te estoy esperando, y no quiero negarme a mi mismo que estoy a la espera, no puedo mentirme a mi mismo si lo que busco es integrarme... y esta canción -Part twoo, de No Use For A Name- me ayuda a pensar, o a ver las cosas menos claras, tal vez.
Algún día escribiré una carta pidiéndote perdón por no haber estado, por fingir desinterés, por el orgullo y su necesidad de obtener tu previa demostración para así recién animarme a demostrar; por tener el corazón abierto pero la mano en el picaporte haciendo fuerza para cerrarlo y evitar de ese modo salir y que entres -no sin que antes tengas que forzar- o algún día te pediré perdón mirándote a la cara -como lo hice frente al espejo cuando hice las paces conmigo- y te reconozca que no se explicar porque con otras sí y con vos no: estabilidad, concreción, formalidad, estructura... y te reconoceré que no fue justo, o quizás no fue el momento. Y si, como no vamos a estar como estamos si hacemos lo que estamos haciendo, si me hice esperar, si te hiciste esperar, si plantamos lo que plantamos... como no va a ser dulce la fruta una vez madura si le contamos historias en tono dulce cada vez que regamos sus raíces.
Y vos sabés que no sos alguien más -aunque a veces te toma la falta de certeza que te empuja a la desesperanza- y sabés que sabe que no es alguien más... estoy hablando de mí... pero también hablo de vos.
Y a veces creo que hablo mucho ya.
Joan Evol.-
10/09/2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario